¿Y si nosotros fuésemos ellos?
Ilsa Milena Martínez
Tw: @Il_martinez
Atrapada dentro de la crueldad humana, luchaba con fuerza
por salir. La perra de pocos meses, combatía contra el tiempo, para romper,
antes de asfixiarse, la bolsa que la atrapaba. Bajo esas condiciones fue que
Freddy Lozano, celador del parqueadero de la Central de Trasporte de Santa
Marta, encontró la perra negra que hoy le acompaña en la vigilancia del
parqueadero.
‘Central de Trasporte’ es el nombre con el que se bautizó a
esa perra negra, de aspecto amigable y muy juguetona. Un can afortunado, que
tuvo la suerte de ser rescatada, uno sólo dentro de la cifra de millones de
animales que sufren a diario de la crueldad de nuestra sociedad sin ningún
‘Freddy’ que valla a su rescate.
Varios como ella, abandonados y heridos; perros, palomas y
gatos han encontrado la salvación en la Terminal de Trasporte del Santa Marta.
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"La mona" una perra
callejera que ha ubicado
su territorio en la puerta 4 de la
Central de Trasporte
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Fernando Armenta, trabajador desde hace 10 años en la
institución, asegura que la mayoría de ellos llegaron buscando cobijo de lluvia
y hambre o fueron abandonados en el lugar por sus propios amos antes de irse de
viaje. También afirma, ninguno de esos animales ha atacado a los pasajeros,
pero, esperan pacientes por las migajas antes de que los comerciantes los
espanten con baldazos de agua.
Muchas son las personas dentro de la terminal que ven a
estos animales como una molestia. Un porcentaje de ellos, quisieran
sacrificarlos, y un puñado de estos, ya lo han intentado. En medio de tantos
enemigos existen personas como el ‘Camachito’, un comerciante ubicado al lado
de la entrada dos, de corazón más noble que lo que su cuerpo aparenta.
No se hace raro encontrar su local lleno de gatos
cómodamente acostados o comiendo de un par de platos que el mismo compró.
‘Camachito’ es reacio a dar su nombre a la prensa por la misma presión que las
directivas de la Central ejercen. Él, junto con Armenta, son los principales
defensores de los animales dentro del terminal.
Estos superhéroes han luchado a diario por los animales.
Junto con otras personas más han implementado un sistema para recoger los
desperdicios de los restaurantes y con ellos, darles de comer a todos los
perros en una zona externa a la Terminal.
“Si ellos supieran que siempre encontrarían comida allí-
dice Armenta- se quedarían a esperar en ese lugar. No hay que simplemente
echarlos porque volverán. Se quedan al lado de los comensales pidiendo comida,
pero… ¿No hacemos eso también nosotros? Cuando un humano tiene hambre ¿qué
hace? ¡Va dónde hay comida! Ellos son iguales. Lo que hay es que implementar
una zona en Santa Marta para llevar a todos los perros.
Los perros de la Terminal son pocos. Pero cuando una de las perras entra en celo, todos los perros de los barrios vecinos, llegan a formar 'la corte de la dama'.
‘Camachito’ dice pagar una cuota diaria de 1500 pesos para
que se recojan las sobras, junto con los 3500 que cuesta la comida de Mono,
Mari, Son, luna, El Tuerto y un gato más de pocas semanas; fácilmente se gasta
20.000 pesos semanales en los animales. Pero no le duele. Él, un amante vívido
por los animales se esfuerza a diario para que las personas adopten un animal y
lo cuiden con el mismo cariño que él cuida a sus gatos.
Él asegura que varias veces ha venido sanidad y ha llevado a
cabo vacunas para todos los animales de la Terminal. Pero junto con Armenta,
cree que lo que se necesita es una campaña de esterilización, que una fundación
de Bonda está dispuesta a hacer, siempre y cuando la Central de Trasporte
colabore con dineros para llevarlo a cabo; O un albergue para los perros
callejeros de la ciudad.
Sin embargo, Sanidad siempre responde que no puede hacer
nada a falta de recursos, por lo que este pequeño grupo de defensores de
animales exigen seriedad a la Alcaldía y a la Gobernación, para que sus actos
se vean, para que el dinero se note en la ciudad como se debe: invertido en
ella.
Si la reencarnación existe, pidámosle a Dios o al destino
que si hemos de reencarnar en perro o en gato, se compadezca de nuestra suerte
y evite a toda costa, nacer en una ciudad como Santa Marta.
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