17 may 2012

Reportando desde el lugar de riesgo: "Cubrimiento en zonas de conflicto y desastres"

 Por:
Ilsa Milena Martínez
Tw: @Il_martinez
"Lo que los va a salvar es la pasión que ustedes mismos tienen por este trabajo y por este oficio; y eso los va a llevar de un punto a otro”, afirma el intrépido reportero.


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El pasado 30 de abril nuestra Escuela de Comunicación Social y Periodismo llevó a cabo en el Club Santa Marta una conferencia con el famoso periodista inglés Karl Penhaul, quien le contó a estudiantes, docentes y periodistas de la región, sus experiencias como reportero de noticias en zonas de conflicto y desastres para CNN. Es reconocido por cubrir noticias como las guerras en Irak y Afganistán, y desastres naturales como el terremoto de Haití.

Durante la conferencia, el periodista le refirió a los estudiantes de Comunicación Social y Periodismo que “el periodismo es una carrera de sufrimiento y mal pago; donde no hay caminos, por lo que tienes que hacerte el tuyo peleando codo a codo”, pero sobretodo, se refirió a ella como una carrera de pasión. “¿Es un trabajo interesante, apasionante? sí lo es. ¿Es elegante? Cuando la gente nos dice buitres, de pronto lo somos, ¿qué se puede hacer? He grabado muchos muertos, si eso es ser buitre, pues lo soy”, afirma.

De su vida nos contó que inició en un pequeño periódico local, donde en un principio sólo podía escribir los pie de fotos que salían en los artículos, luego se le permitió escribir artículos de cien palabras, y así fue haciéndose su propio camino hasta llegar a ser quien es hoy.

Según Karl, en esa época y en su país, el periodismo no era una carrera que se estudiara en una universidad como se hace actualmente. Antes, se aprendía el oficio de periodista como el de un mecánico o el de un plomero: con la práctica. Le recomendó a los estudiantes preparación: “Pueden venir de donde sea, pero aprendan primero las reglas, lo básico; después, si son genios reinventen la rueda. Pero sobretodo recuerden que todos seguimos aprendiendo, siempre hay alguien detrás de la puerta que te puede enseñar algo”.

Afirma que a pesar de haber estado en medio de la guerra no tiene ningún trauma, pero que al llegar a casa siente la necesidad de partir de nuevo. El periodista inglés recomendó buscar siempre los valores universales, hacer uso de esos temas comunes para que las personas se interesen, y luego buscar la mejor manera de presentar las historias, porque si a las personas no les atrae se van a ver una película de acción, la idea es trasportarlos desde el sillón de su casa hasta el lugar de los hechos, hacerlos sentir la noticia”.

Karl comentó que se debe hacer uso de las mejores herramientas que tiene el periodista: los ojos y los oídos, “sobre todo en un conflicto, pues observar te permite mantenerte vivo”. Después se hace uso de la tercera herramienta: el cerebro, a quien llamó el mejor software del mundo. “Uno debe preguntarse ¿Qué estoy viendo? ¿Qué mensaje quiero trasmitir? ¿Necesito mostrar realmente esto? agregó.

Frente a la objetividad les contó a los asistentes que no consistía simplemente en darle a las partes una oportunidad de hablar. La objetividad es una lucha diaria para llegar a la verdad. Hace entender que es en este punto donde el cerebro ocupa su más importante papel, cuando nos cuestionamos. Así se puede evitar ser víctima de un engaño o caer en el amarillismo. Entonces, ¿qué hay qué mostrar?

Karl nos dice al respecto que hay que polemizar para mostrar la realidad: “hay que hacerlo para interesar al lector en el artículo, pero sin caer en el amarillismo con adjetivos baratos, ni hacerlo vomitar”.

En cuanto a la guerra, menciona que esta tiene un glamour que no se le puede quitar, “recuerdo que algunos periodistas se guarecían detrás de una enorme fila de tanques de guerra iraníes que empezaban a disparar en el momento en que estos periodistas salían en vivo”, agregó el periodista. De igual forma se refirió a ella con una frase que le escuchó a un soldado: “La guerra son horas eternas de aburrimiento y unos segundos de locura”. Para él, la guerra es difícil, porque se ve la muerte de incontables civiles y al final queda la sensación de que no se está haciendo nada.

De la guerra tiene muchas anécdotas, recuerda que poco después de terminar un reportaje con soldados americanos, una bomba enemiga calló y mató a la mayoría de los integrantes del ejército con quienes había grabado hasta la noche, incluso, desde que empezaron los ataques solo sobrevivieron dos, y ellos se acercaron a él para preguntarle si sabía disparar y los ayudara a mantener la posición, pero Karl decidió negarse y alejarse del lugar “No acepté las armas, si hubiera querido ser soldado, hubiese sido soldado”, agregó el intrépido periodista.

Al final el periodista felicitó a los asistentes por hacer posible un diálogo entre colegas, como él se refirió a los asistentes a la conferencia.



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