27 may 2013

Entrevista con ´Balín´, el eterno hincha del Unión Magdalena



Por:
Fernando Manosalva

VII Semestre


Balín es como se le conoce en Santa Marza a José Ariza Vásquez , uno de los hinchas más grandes que en su historia ha tenido el Unión Magdalena, en sus tiempos de gloria y ahora que bajó de categoría.

“Balín” cuenta con nostalgia lo que ha quedado del Ciclón Banane­ro, también recuerda cuando hacía sonar las sirenas que animaban al equipo de sus amores en aquellos años cuando estaba en primera divi­sión del fútbol colombino y gozaba de una temporada de ensueño.

Su oficio de arreglar bicicletas nació en la década de los 50. Cuan­do joven, le apasionaba irse en ca­ravana a pedalear por días con sus amigos. Recuerda, que ahí comenzó a querer los colores azul y rojo del primer equipo al que decidió se­guir como hincha, llamado en ese entonces, Deportivo Samario.

Recuerda también, como una gran haza­ña, haber participado en la Vuelta a Co­lombia en 1964 con sus amigos los ciclis­tas, que le enseñaron muchas experiencias de vida, y con los que sin dudarlo dos veces, iban a donde estuviese el Unión, para acompañarlo como hinchas incon­dicionales de la época y del que nada más quedó el recuerdo, por­que para él, ya nada es lo mismo.

El vandalismo por parte de los actuales aficionados lo perturba, “me molesta como van tirando piedra, atacando a la policía. Eso no es amar al equipo, a mí me gusta acompañarlo y ahora que jueguen en Riohacha, iré a verlos y a tomarme unos whiskeys con mis compadres”.

Asegura que hay que estar en las buenas y en las malas con el equipo, aunque reconoce, que la vez que lo vio perder la categoría en el 2005, luego de no haber ganado ni un solo partido que­dando afuera de los mejores equipos de Colombia, le dolió mucho. Cuenta Balín que, con mucha rabia e impotencia decidió romper su carné de entrada a los partidos en el estadio Eduardo Santos, en frente de Eduardo Dávila, due­ño del Unión, como muestra de su inconformismo hacía el mal manejo del equipo.

Siempre se vestía con la camisa azulgrana del Unión y medias de diferentes colores fluorescentes, con el fin de armar el desorden y llamar la atención. Así se ganó la popularidad en el estadio donde todos lo reconocían. Esa época en la que hacía resonar las sire­nas con su amigo el cienaguero Gilberto Mejía, exactamente en 1968, año en el que el “Ciclón” le ganó la final al Deportivo Cali, y así consiguió su primera estrella en el torneo profesional.

Teme seguir envejeciendo y no ver ascender al Unión nuevamen­te, ni brillando como en el año en que le regaló la alegría más grande al departamento. Con el estadio a reventar y con todos sus hinchas gritando en una sola voz, “Unión sopla ciclón”.




1 comentarios:

MUY FLOJO ESTE ARTICULO. TANTAS COSAS INTERESANTES QUE PODIA CONTAR BALIN Y EL PERIODISTA NI LE INTERESO. LASTIMA

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